24 de diciembre de 2008

Todo cambia

Es un hecho innegable que cambiamos todos los días, como nos lo recuerda Mercedes Sosa en su bella melodía Todo Cambia, por supuesto que estos cambios se notan más en lo físico con solo mirarnos en el espejo o encontrarnos a un viejo amigo, algunos con menos pelo a más arrugas, otros con más o menos kilos. Pero algunos de estos cambios son más difíciles de percibir, en ocasiones cambiamos nuestro rumbo en la vida y la percepción que de ella tenemos, nuestras metas, anhelos y sueños, cambios que no son físicos o materiales, más bien, son muy personales y nadie tiene porqué conocerlos. Cada año que pasa, podemos y debemos hacer un balance de lo que hicimos y lo que debíamos hacer, con la finalidad de pensar si nuestro rumbo está bien o podemos mejorarlo.

Creo que cuando se está viviendo una situación límite, esas que nos hacen meditar sobre las cuestiones trascendentales de la vida y nos obligan a valorar otras tantas, en ese preciso momento, se da un giro de 180 grados en nuestra existencia y algunas cosas que creíamos importantes, dejan de serlo, y las que no lo eran, pasan a ser de vital importancia; pienso en el nacimiento de un hijo, la muerte de un ser querido o alguna enfermedad propia que nos recuerde a Caronte, el de los ojos de llama, el fúnebre barquero de las revueltas aguas del Aqueronte, como nos escribe Antonio Machado en su bello poema A don Ramón del Valle-Inclán, y se evidencie que no nos hemos preparado para subir a su gris barcaza. Creo que las situaciones en la vida no ocurren por casualidad, sino más bien por la causalidad, a la que ya nos hemos referido en otras entradas, y en esas situaciones límites, en ocasiones no distinguimos cuál será la causa y cuál el efecto, incluso pueden ser ambas, lo importante es que lo que no nos destruye, nos fortalece.

No debemos huir de nuestro propio destino, lo que parece imposible hoy, será posible mañana, cada uno sabrá cómo debe cargar su propia cruz, que en la vida son muchas y de diferentes formas, sobrarán personas que nos tienten a dejarlas tiradas para tratar de vivir una vida más “normal”. Vivamos una vida en donde la esperanza sea el fundamento del amor, así, los valores espirituales, la sabiduría y la importancia de la familia nos ayudarán a visualizar nuestro papel y responsabilidad en los cambios que se avecinan sin perder nuestra identidad nacional.

En este año que está por finalizar, hemos abordado, en las distintas entradas, temas que, a mi modo de ver, son importantes para la vida en general y trascendentes para los educadores en particular. En un breve recorrido mental, recuerdo haber escrito sobre pecados y enfermedades, pero más sobre virtudes y curas; sobre defectos y problemas, pero más sobre fortalezas y soluciones; de mentiras, muerte y desesperanza, pero más sobre verdades, vida y esperanza; del odio y los demonios, pero más sobre el amor y los ángeles; de dioses, santos y mitos, pero más sobre hombres, sabios y realidades, hemos hablado de lo celestial y lo terrenal, de lo divino y lo profano. En fin, mi breve y humilde análisis me indica que el rumbo está bien, aunque, como todo, puede mejorar y, para el año que está pronto a nacer, espero de corazón tener tantos lectores como éste, que me den aliento y buenos deseos a cambio de algunas palabras.

Enlace recomendado
De valores, pecados y otros mitos

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Manuel: aprovecho para agradecerle el envío de la reflexión sobres los cambios y desearle muchos éxitos en este año que recién se iniciará. Felicitarle también por la decisión de pronunciarse sobre temas importantes para la vida del ser humano.

Me parece que usted tiene un don para interpretar y escribir. Además la disposición de darlo a conocer a muchas personas. Su meditación sobre los cambios nos invita a reflexionar en lo personal sobre nuestro pasado, presente y futuro y eso es bueno. Hacer una parada, revisarnos y definir una estrategia de vida que esté en armonía con nuestros principios. Que tanto los buenos como los malos acontecimientos nos ayuden a ser mejores cada día.
Un abrazo.
Olman Díaz

Unknown dijo...

Efectivamente todo cambia... lastimosamente algunas veces cambia provocando decepciones a otros, pues se sienten traisionados a pesar de muchos años de haber dado muchísimo, la amistad es muy difícil de conseguir, al final uno da más valor a la familia, que aunque algunas veces se distancia por diferentes circunstancias, siempre está ahí esperandote y recibiendote cuando la necesites. Yo creo que cada uno de nosotros tiene una misión en la vida y que a nuestra manera cumplimos en beneficio de otros, espero que Dios nos ayude a cumplir nuestra misión en los años venideros.
gracias por darnos esos mensajes llenos de esperanza siempre
Irene

Nancy Hidalgo Dittel dijo...

Todo cambia y para algo pasan las cosas. Para algo todo cambia, incluyendo la metamorfosis de los insectos, algunas metamorfosis más severas y otras más leves, pero todas generan cambios. El año nuevo nos traerá cambios seguros, nuevos alumnos, nuevas aulas, nuevas formas de entrar en los temas y también nuevas formas de salir de los temas. Todo cambia, hasta la menra de sentir.

Anónimo dijo...

Excelente su artículo. Como nos dice Neruda, "Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos".
Juan Ramón

MEI dijo...

Todo cambia...así es para bien o para mal de muchos. Ojalá nos percataramos siempre de las cosas que están cambiando para sobrellevar ese cambio, ser humilde para reconocer errores y fracasos y sentirse felices y orgullosos de los aciertos y triunfos; sin perder la perspectiva de nuestras raíces y bases al lado de nuestros padres y hermanos y sin olvidar que somos humanos, según Jorge Debravo: "Soy hombre , he nacido,tengo piel y esperanza...No soy dios: soy un hombre..."
Muchas gracias por este año de enseñanzas a través de tus escritos :)

Unknown dijo...

Hola Manuel, gracias por invitarme a leer tu reflexión, sabía que te gusta escribir pero no conocía este espacio.
En relación con "Todo cambia". En realidad todo cambia y entre ese todo estamos cada uno de nosotros, que algunas veces nos resistimos al cambio, pero cuando este es necesario, el Todopoderoso interviene para orientarte en ese cambio y para que lo valores. Los que tenemos hijos tenemos la gran oportunidad de percibir su cambio y de sentir la necesidad de prepararnos y adecuarnos a nuestros nuevos hijos, unas personas diferentes a cada uno de sus padres, completos y espectaculares. Dios nos ilumine para acertar en nuestra función de padres para que ellos descubran y puedan cumplir el plan que Dios, desde la eternidad, tiene para cada uno de ellos. Descubrir esa misión y llevarla a cabo es certeza de felicidad pues Dios, que nos ama, nos creo para ser felices.

Anónimo dijo...

Hola !
Gracias por compartir tus escritos con nosotros, (no son solamente unas palabras).
Preciosas las reflexiones e ideas, apropiadas para esta época.

Lo mejor para el proximo año, prosperidad, salud y muchas bendiciones.

Un abrazo!!
Rocio

Jessica Navarro Aguirre dijo...

Los cambios surgen día a día, sin limite, a veces premeditadamente y otras sin razón o plan alguno y quizá por eso tenemos una vida y quizás por eso la tristeza y la alegría fluye constantemente.
En ocasiones pienso que Dios hace los cambios, sobre todo en el libro que algunos llamamos destino, tal vez lo hace para recordarnos que somos simples mortales, en otras situaciones para decirnos, no te olvides que aquí estoy, y cuando uno se encuentra en el proceso del cambio, se percata que lo único que te quiso decir, es que hay que apreciar lo verdaderamente importante, que es la unión familiar, el amor que podemos proyectar a los que nos rodean y la fe que debemos tener en los momentos difíciles….

Gracias y saludos!!