24 de diciembre de 2008

Una obligación

Según datos del Ministerio de Economía, en el año 2006 un total de 9507 profesionales se graduaron a nivel universitario en el área de la educación, 9946 en Ciencias Sociales y 1741 en el área de las ingenierías, es decir, en educación se graduaron cerca de 33% del total. Otro dato interesante es el que se publicó recientemente en donde se nos informa que las personas que obtuvieron una plaza en propiedad en el último concurso del Ministerio de Educación Pública, cerca de un 24% eran de universidades públicas y el restante 74% de universidades privadas.

Estos números se pueden interpretar de varias formas, sin embargo, este crecimiento abultado no está de acuerdo con la dignificación de esta profesión, en donde las condiciones que brinda el MEP no son las más adecuadas y hasta cierto punto se observa una competencia desleal en la búsqueda del título por el título y se deja de lado la formación integral de los educadores, amén de que muchos obtienen bachilleratos rápidamente y sin la formación adecuada, consiguen trabajo y luego se estancan académicamente y no continúan con la actualización en su formación y la superación por medio de la licenciatura o postgrados. Esto, sin duda, afecta la labor de los docentes, además, desmejora la imagen que tiene la sociedad con respecto a este gremio, vital para obtener mejores perspectivas de vida para toda la población al repartir conocimiento y con ello lograr que nuestro país aspire a salir del subdesarrollo.

Es importante que retomemos la formación integral en nuestros estudiantes, a todo nivel, debemos defender nuestro sistema educativo y fomentar una educación integral y no dejarnos llevar por los modelos neoliberales que fomentan la especialización en una disciplina y, quizás, volver a los orígenes de la educación, cito por ejemplo, la educación en la cuna de la civilización occidental, Grecia, en donde se enseñaba a la par de las matemáticas, la astronomía, la música y la filosofía, requisitos para poder considerarse un ciudadano culto. No debemos pensar que algunas asignaturas son superfluas o innecesarias, pues todas en pequeñas dosis, son imprescindibles para lograr que cada persona sea un agente de cambio y enfrente estos cambios de manera responsable hacia un futuro que cada día es más cercano. Para ello debemos conceptualizar a la educación para que desarrolle la competencia de pensar de una forma que posibilite la comprensión de la realidad, ya que si comprendemos lo que en realidad está ocurriendo, podemos valorar las consecuencias de nuestros actos, con madurez y con solidaridad estaremos en capacidad de afrontar los retos que nos traerá este insipiente y recién nacido tercer milenio.

Se debe mencionar que nuestro país podría ser el precursor de un nuevo paradigma educativo ya que somos uno de los pocos países del mundo que no contamos con ejército y la cultura de paz que se respira, aunque algunos piensen lo contrario, hace que seamos una gota de agua en el desierto y por ello no hay gastos en la carrera armamentista que tanto golpea las economías de nuestros países vecinos. Recordemos que el actual Gobierno del Dr. Óscar Arias está mercadeando el lema “Paz con naturaleza”. Además de este punto, en nuestro país se instaló, en la administración de don Rodrigo Carazo (1978-1982), la Universidad para la Paz, que precisamente busca la formación de profesionales capacitados para resolver los problemas de sus respectivos países utilizando procedimientos pacíficos, esto es la Educación para la Paz, allí se fomenta la transculturalidad y cuenta con estudiantes de muchos países y de diversas culturas y religiones. Otros hechos importantes que se deben mencionar, y que en otro momento analizaremos, son la “Declaración de la neutralidad perpetua” en la Administración Monge Álvarez, la Revolución de 1948 y la declaración de la Paz al mundo con la Abolición del Ejército, entre otros.

La estructura actual del sistema educativo costarricense, ha propiciado que nuestro país cuente con una de las tasas de alfabetización y escolaridad más alta de toda América Latina tanto en hombres como en mujeres superando el 95% y además, el contar con un gran contingente de educadores que hace al Ministerio de Educación una de los patronos más grandes de Centroamérica.

Al leer y releer la historia costarricense, no me queda la menor duda de que hemos sido un país privilegiado en muchos aspectos, empezando por la biodiversidad que ha tomado gran relevancia y mucho valor en la actualidad, pero también en la parte política con grandes estadistas, y en la parte social-histórica en donde no tuvimos que derramar una sola gota de sangre por nuestra independencia y eso marcó el inicio de una época de valoración de los procesos democráticos en todos los niveles, la educación es uno de ellos, y es por eso que debemos todos defender nuestro sistema de educación que aunque tenga defectos, es posible de perfeccionar, un sistema solidario en donde mi hijo y el hijo de nuestro vecino pueden acceder a la educación, incluso a la universitaria y las diferencias sociales se dejan detrás de un uniforme de estudiante y no de soldado.

Hace unos años don Pepe Figueres decía que teníamos más maestros que soldados, en estos días debemos dignificar, en primer lugar, al educador, que labora en las aulas y que se enfrenta, día a día, con los ángeles y con los demonios de nuestro sistema educativo, en segundo lugar dignificar y valorar su gran función social, baluarte de nuestra democracia y que mejor forma de hacerlo que poner de nuestra parte, actualizándonos, proponiendo, participando, resolviendo para tratar de cambiar esos pequeños defectos del sistema educativo.
Si pensamos en grande lograremos cosas grandes, esta es mi obligación con las generaciones que vendrán.
"Lo que yo hago es una gota en el océano,
puede parecer poco,
pero si no lo hiciera,
al océano le faltaría una gota"
Madre Teresa de Calcuta

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es casi increible como un país que ha apostado por la paz y la educación, menosprecie tanto la intensa labor que algunos (no todos por desgracia) realizan día a día en las aulas. Considero que es muy acertado que estimemos la importancia de seguir capacitandonos, pero algunas veces las condiciones no son las mínimas.
Liss

Anónimo dijo...

Si bien es cierto somos una nación "libre" y democrática, nos falta mucho de igualdad social, ya que vivimos en un país donde el capitalismo se incrementa como pensamiento colectivo, por lo que los que menos pueden (o no pueden del todo) se quedan atrás, no por falta de virtudes, sino por falta de oportunidades y recursos.
Sé que es importante a nivel de política internacional el hecho de que tengamos un Premio Nobel de la Paz y que se declare Neutralidad, más creo que el papel aguanta todo lo que se le escriba y yo no creo en esas palabras, pues vivimos en una sociedad cada vez más abatida por la violencia social, violencia doméstica, violencia en las calles (choferes temerarios y ebrios), embarazos adolescentes, prostitución infantil, entre otros más, que sé son cánceres de las sociedades actuales, pero por qué hemos llegado a eso por la falta de educación en muchos aspectos, porque carecemos de una educación formativa, integrada (con el ambiente también), humanística; los políticos deberían preocuparse por esto y porque los docentes tengan la oportunidad de enseñar a pensar, a sentir, a razonar, a conocer nuestras raíces, a valorar la vida en familia y en sociedad en paz y en armonía con la naturaleza, a fomentar la igualdad y el respeto, a conocer nuestra sexualidad y no que se nos obligue a sólo proporcionar datos, dar contenidos, que sólo se nos exija la educación cuantitativa y no la cualitativa, lo cual incluso se ve reflejado en los padres de familia que sólo quieren que sus hijos saquen 100 y que se les dé más contenidos que a otra institución con la que se compara en la que estudian sus hijos. Todo se empieza desde casa y para mi es mejor que Costa Rica ni siquiera se reconozca en el resto del orbe, pero que exista paz real y justicia social en nuestra nación entera, pues no quiero que seamos como el refrán que dice algo así como "candil en la calle, oscuridad en la casa". Entonces para que tanta paz en palabras, las cuales se las lleva el viento; prefiero que exista ejército y no la desigualdad y descalabro social que vivimos, muchos de esos delincuentes y jóvenes rebeldes tendrían un lugar donde aprender a valorar lo que el país y su familia les está dando y aprender a ser ciudadanos útiles.
No hay ejército, pero habemos muchos docentes sin armas para FORMAR una sociedad para la paz, una educación que ayude a la movilidad social, pues contrariamente, sólo los que pueden pagar educación privada se les ofrece un abanico de oportunidades y experiencias que cualquier niño o joven de una comunidad rural o de atención prioritaria deseara. Existen muchas personas con gran capacidad pero que no tienen el dinero para estudiar y salen a trabajar por necesidad, mientras que muchos otros hasta utilizan artimañas para obtener un título a como dé lugar sin importar la calidad de profesional.
Los docentes tenemos una obligación de educar para la paz y la igualdad y respeto social, pero empecemos desde nuestros hogares y no depositen todo en manos de los educadores, a quienes por cierto, se nos ha perdido el respeto desde los padres de familia hasta los gobiernos en ejercicio, por lo algunos trabajan sin motivación, saturados de trabajo y papeleo administrativo, sin recibir un incentivo para superarse y crecer cada día más como maestros, sin un reconocimiento por la labor tan dura que se ejerce y tras de eso con el irrespeto del estudiantado.
Flori

Anónimo dijo...

Una crítica objetiva y bien lograda sobre la enseñanaza privada y la dignificación del educador.
Juan Ramón

Anónimo dijo...

Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

Anónimo dijo...

very good!