24 de diciembre de 2008

De laberintos, verdades y otros demonios

En el estudio, en la familia o en el trabajo, debemos cambiar de dirección constantemente, con la razón y al lado de lo que nos dicta nuestro corazón, debemos buscar la felicidad propia sin afectar a nuestro entorno.

Para iniciar este nuevo espacio, en el que compartiremos opiniones, trataré un tema interesante, que tiene que ver con la costumbre de seguir los caminos trazados por otras personas, en donde el fin del camino no es necesariamente el que deseamos, sino más bien donde otros querían que llegáramos.

El Laberinto visto como un reto, más que como un problema que tiene solución, es un término que se ha utilizado por muchas culturas como sinónimo de ingenio. Por ejemplo, en la mitología griega está el famoso Laberinto de Creta, construido por el mismo Dédalo siguiendo las órdenes de su Rey Minos, en el que estaba encerrado el Minotauro, mitad toro y mitad hombre, y del que escapó Teseo. El amor de Ariadna, la hija de Minos, es el que lo ayuda, dado que ella le aconseja marcar el camino que ha recorrido con un hilo que finalmente, luego de vencer al mutante, le guía hacia la salida.

En nuestras vidas tenemos muchos laberintos y debemos aceptar el hilo que nos ayude a resolverlo, en muchos casos, puede ser un consejo o una palabra de aliento, pero lo importante es que reconozcamos que los problemas y retos que podemos resolver solos son pocos, la mayoría de las veces es necesario resolverlos en equipo.

Cada persona alcanza la felicidad de una manera muy particular, algunos necesitan de casas lujosas, de sirvientes, de viajes a lugares exóticos, otros, simplemente la encuentran en el olor de la lluvia o mirando un atardecer. Lo que es más importante es proponerse las metas, sin importar si son materiales o espirituales, y luchar por ellas con la conciencia de que es posible alcanzarlas.

En psicología es conocido el término “profecía autocumplidora” en donde se dice que si la auto sugestión por algo que realmente deseamos que ocurra es mucha, es probable que esta ocurra. Este término se conoce también como “efecto Pigmalión”. En la Mitología Griega, se cuenta que durante mucho tiempo Pigmalión había buscado, sin éxito, una esposa cuya belleza correspondiera con su idea de la mujer perfecta. Al fin decidió que no se casaría y dedicaría todo su tiempo y el amor que sentía dentro de sí a la creación de las más hermosas estatuas. Así, realizó la estatua de una joven, a la que llamó Galatea, tan perfecta y tan hermosa que se enamoró de ella perdidamente. Soñó que la estatua cobraba vida. Cuando despertó, en lugar de la estatua, se hallaba Afrodita, que le dijo "Mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal". De esa forma Galatea se transformó en una mujer real.

He aquí la gran diferencia entre los animales y los humanos, los primeros tratan de conseguir lo que necesitan por simple instinto, utilizan los sentidos, por ejemplo, si un ratón tiene hambre inmediatamente buscará lo necesario para saciarla; con ello no es que sea feliz, simplemente lo hace. La naturaleza humana es más complicada, pues a diferencia de los animales, nos caracteriza el poder de decisión o al decir de San Agustín, el Libre Albedrío, tenemos inteligencia y sentimientos y eso hace que soñemos, incluso con cuestiones imposibles.

Los instintos no nos bastan para buscar y encontrar la felicidad, debemos conectar la conciencia y tomar la decisión de querer hacerlo, hay personas que con hambre no buscan alimento, otras con sed no buscan el agua, aún más, la sed de poder y el hambre de riqueza en ocasiones son insaciables. Por eso, hay dos tipos de personas, las que luchan por alcanzar sus sueños y las que no lo hacen. La autosugestión, como la de Pigmalión, es importante para que nos motivemos a lograrlo y que nos convenzamos de que sí es posible, luego de esta etapa, viene su ejecución basado en acciones concretas, así, se materializa una idea, se cumple un sueño o se alcanza la meta.

Cada día, casi sin percatarnos, debemos buscar hilos de oro para salir de laberintos con muchos Minotauros, nuestros principales aliados son la conciencia e inteligencia propia.

Muchas personas hacen suyas las palabras “La verdad os hará libres”, que escribe San Juan en el capítulo 8 de su Evangelio, en donde afirmaba que el mundo se beneficia por el plan de salvación que en la persona de Cristo nos revela la Biblia. Extrapolando, de alguna manera nos dimensiona la importancia del conocimiento y la educación como medio para asimilarlo y transmitirlo. Este conocimiento es sin duda un insumo para la liberación de los espíritus, los cuerpos, pero lo más importante, puede liberar las mentes. Poco a poco las personas conocen la verdad, se autosugestionan que lo lograrán, son optimistas, superan los temores, buscan, encuentran y se liberan, finalmente reencuentran la felicidad y cuando superan sus temores, se sienten libres.

Por otro lado, muchas personas parecen un claro ejemplo de lo que decía Galileo al afirmar que “cuando uno no sabe la verdad por sí mismo, es imposible que los otros se la hagan saber”. Por más que a ellas les tratan de influir en su hermetismo, no logran comprender la realidad y se quedan esperando lo imposible, al no cambiar de dirección, llegan exactamente donde quieren llegar y no donde deben llegar.

Pregúntese usted qué tipo de persona es, y qué tanto está dispuesta a luchar para buscar y encontrar la verdad, por lo tanto, su propia felicidad para finalmente ser libre.

Si no cambias de dirección,
llegarás exactamente
donde querías llegar

Proverbio chino

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente artículo Manuel, me gustó mucho la parte motivacional del mismo y el enfoque sobre las metas propias para alcanzar los logros deseados. Por otra parte, te felicito por el estilo ameno del artículo y la mención de pasajes de la mitología griega que inducen al lector a indagar más sobre los textos de la cultura clásica.
Milton Fernández

Anónimo dijo...

ME TOMÉ 10 MINUTOS PARA DAR LECTURA A ESTE BLOG.

HACE TIEMPO QUE NO INVERTÍA APENAS 10 MINUTOS DE MI VIDA Y OBTENÍA UNA GANANCIA TAN ABUNDANTE.

MUCHAS GRACIAS POR LLEVARNOS AL NIVEL MENTAL DE MOTIVACIÓN Y ESPERANZA.

RÁNDALL BRENES

Anónimo dijo...

Es cierto que para lograr “éxito” en esta vida, y de alguna manera ser feliz, no es suficiente con hacer las cosas bien. Es necesario “inyectar fe”, fe de que soy capaz de realizar cambios en mi propia vida. Todo lo que se quiera lograr dependerá de la auto sugestión, de lo positivo y no de lo negativo porque esto nos lleva a otro lugar que probablemente, no nos guste.

Será positivo o negativo según sea mi actitud ante la vida, pero solo uno de esos caminos me llevará a la liberación y es precisamente lo primero. Estamos donde queremos estar y si no es así, entonces es necesario hacerse un examen de conciencia, para realizar los cambios necesarios y convertirse en una persona positiva.

Si preparamos nuestra mente para lograr éxito y eso nos hace felices entonces vamos por buen camino.

Sandra Schmidt.

Anónimo dijo...

Muy interesante Manuel. La frase de Galileo me recordó la de Sócrates "el verdadero conocimiento viene desde adentro".
Saludos.
Mauricio

Anónimo dijo...

"En nuestras vidas tenemos muchos laberintos y debemos aceptar el hilo que nos ayude a resolverlo...." Lo primero es que tengamos la capacidad de reconocer el hilo, porque muchas veces lo tenemos al frente y no lo reconocemos. La saturación material y mental no siempre nos ayuda para ver lo importante y reconocer la ayuda de una persona o de un evento de la vida que nos permitirá poder avanzar en la resolución del laberinto. Los retos en la vida son mototres para avanzar pero aveces la soledad es tan grande que un paso cuesta tres veces más. No hacen falta muchos amigos para sentirse acompañado, mientras sean buenos amigos, el asunto se resuelve. Disfrutar el camino mientras se avanza, sin perder el objetivo final, ayuda a sobrellevar los obstáculos que a veces se nos atraviesan en el logro de nuestras metas. El disfrutar cada momento, extrayendo lo mejor de cada vivencia, nos permite sentirnos vivos y sentir que la lucha por salir del laberinto vale la pena.
Nancy Hidalgo

Anónimo dijo...

En el laberinto de la vida, sea sencilla o compleja, usamos hilos acertados, otros sólo por tradición, por no "quedar mal" y así vamos entretejiendo nuestras salidas o nuestros propios extravíos. El lujo exótico o el lujo del olor de lluvia nos pueden dar bocados de felicidad o bien: una alegría continua.
Lo que sí es cierto es que acertando o no, debemos ser constantes y disfrutar también de los errores u "horrores".
Tal vez la felicidad está al kilómetro pero decaemos 100 m antes. Ser constantes, perseverantes, disfrutando, viendo nuestros intentos como una madre o un padre mira los pasos iniciales del infante.
Lilliam Patricia

Anónimo dijo...

Cuando leí tu reflexión, solo pensé que definitivamente quiero llegar hasta donde mis sueños me permitan y que de ese tamaño quiero ser. Algo parecido decía un pensador, "Uno es del tamaño de nuestros sueños" y otra que decía Einstein "Es más importante la imaginación que el conocimiento".
Ismael

Anónimo dijo...

Estimado Prof. Humberto,

Me uno a sus palabras y enseñanzas descritas en "De laberintos, verdades y otros demonios".

Es realmente cierto lo que usted trata de explicar, es algo así como la ley de la atracción, descrita en el famoso libro "El secreto" o en las palabras sabias del millonario Onassis "Di lo que sientes y has lo que piensas".

Todo se resume en tener una visión, un pensamiento, una idea, ese algo que le permita a la persona expresarse y delinear las tácticas y las acciones concretas para lagrar ese objetivo.

Lo felicito y esperamos más sobre la entrada original
Juan Ramón

Anónimo dijo...

Me encanta cuando una persona que se dedica a las matemáticas muestra su humanidad y cultura, hablando de temas tan diversos y no solo de números y fórmulas. Bueno también que nos hagas pensar en la propia felicidad y en cómo alcanzarla... gracias por una relajante lectura.

muchos saludos, y un abrazo,
Margot

Anónimo dijo...

Manuel me encantó el artículo en primer lugar por su parte motivacional, que nos recuerda que si no somos nosotros mismos los que luchamos por nuestros sueños, estos no van a llegar por sí solos pues cada quien debe tener bien claro adónde quiere llegar y qué está dispuesto a hacer para lograrlo, pero además, me gustó muchísimo por la forma amena y sencilla del texto, mezclada con la parte cultural, histórica y mitológica.
Felicidades y seguiré esperando más artículos,
Saludos, Mimi