24 de diciembre de 2008

La negociación

Sin duda alguna, conforme se van desarrollando las diferentes relaciones sociales entre los individuos a lo largo de la historia de la humanidad, la imposición por la fuerza se ha ido reemplazando por la razón y el convencimiento, así, ha cobrado fuerza la filosofía del “convencer en lugar de vencer” en donde las partes deben negociar. Esta negociación se puede dar en muchos ámbitos: en el aula, en el trabajo, en el autobús, en un restaurante, sólo por citar algunos, y los actores que participan en ella pueden ser de diversas razas, credos religiosos o afiliaciones políticas, las parejas, las familias, los vecinos, las naciones; por medio de pactos o alianzas, procesos de paz o en estado de guerra, en fin, a todo nivel y, en muchos casos, la negociación se hace evidente, en otros, tácita e imperceptible, pero lo cierto es que forma parte de nuestro diario vivir y convivir.

Para interiorizar sobre la importancia de cualquier tema, siempre es necesario comprender sus orígenes, sus exponentes, sus premisas y doctrinas, sus alcances y así, con muchos otros ingredientes, seremos capaces de profundizar en la importancia del tema vigente. Por supuesto que en el caso de la negociación se han escrito centenares de libros, artículos o breves ensayos, aplicando los conceptos filosóficos de ella a campos específicos como la administración, la política, la familia, el derecho en todas sus especialidades, y también en la educación, entendida ésta como un proceso que busca la trasmisión de conocimientos y destrezas que nos permitirán la movilidad social, fortalecerá la paz y la democracia, y sobre todo, nos proveerá del conocimiento necesario para ser un país culto y así salir del subdesarrollo en que nos anquilosamos, pero esto no hace más que evidenciar la importancia de la negociación en todo proceso.

Para resaltar la importancia de lo expuesto anteriormente, trataremos sobre dos ámbitos en donde se aborda este tema.

En primer lugar, basta observar el cómo nuestro país se ha separado del resto de Centroamérica en diversos escenarios y con ello ha alcanzado índices en educación, salud, participación ciudadana, entre otros, superiores a los otros países. Mucho de ello es que nuestros gobernantes han sabido, con altas y bajas, escuchar el clamor popular y sus necesidades. Salvo por la breve dictadura de los Tinoco (1917-1919) y por unas semanas en el año de 1948 debido a la Revolución, en 1889 se inicia una democracia en Costa Rica que se ha mantenido hasta la fecha, en donde incluso la negociación y el pacto, como que hubiesen leído a Maquiavelo con su frase “Los pactos se hacen cuando es necesario y se rompen cuando es necesario”, entre la Iglesia Católica con Monseñor Sanabria, el Partido Comunista con Manuel Mora y el Ejército de Liberación comandados por José Figueres, forman un trivium impensable en esta época y que da las bases necesarias para el nacimiento de la Segunda República. Sobra decir que la visión de “don Pepe” acerca del ejército que lo llevó al poder y su Abolición, escrito con mayúscula, ese 1 de diciembre de 1948, es lo que moldea la Costa Rica de este nuevo milenio, en donde todas las madres costarricenses, están seguras que un hijo suyo nunca será soldado y en donde es posible destinar más recursos económicos a la educación, a la salud y en general, a satisfacer las necesidades básicas de los costarricenses. Incluso, Costa Rica es el único país del mundo en que se decidió la aprobación de un Tratado de Libre Comercio en un referéndum, como máxima expresión de la voluntad popular.

Por el solo hecho de vivir en democracia, en donde a los periodistas los protege la ley, en donde se puede transitar libremente, en donde se respira en cada esquina la libertad individual, es que en este bello país, se tiene una cultura de negociación, a todo nivel y se ha censurado la imposición para darle espacio a la conciliación, en donde la negociación es parte importante para llevar a feliz término cualquier diferendo.

Como segundo punto, nuestro país es el producto de una negociación constante entre las diferentes generaciones, en donde las viejas vamos cediendo ante los apuros de las nuevas, en donde lo global se ha ido imponiendo a lo local sin que este último desaparezca, de alguna manera se empieza por acuñar el término mutante glocal en donde se trata de rescatar nuestra cultura latinoamericana. En este contexto de un mundo globalizado en el cual Costa Rica está inmersa, donde los problemas y los desacuerdos son parte de nuestra cotidianidad, se hace necesario aprender y conocer los métodos y las habilidades que posibiliten encontrar soluciones de forma rápida, efectiva y armónica a los conflictos, en especial si somos formadores de niños, niñas y jóvenes, el futuro de nuestro país, o bien, estemos a cargo de dirigir una institución educativa, las cuales no se encuentran ajenas a una serie de conflictos necesarios de resolver. Para nuestros efectos, los conflictos son situaciones en las que dos o más personas entran en oposición o desacuerdo porque sus posiciones, intereses, necesidades, deseos o valores son incompatibles. La relación entre las partes del conflicto puede ser fortalecida o deteriorada en función de cómo sea el proceso de resolución de estos en donde la negociación es fundamental.

A partir del año 2002, en nuestro país se puso en práctica un Plan Nacional para la prevención y atención de la violencia, el cual integra algunos de los esfuerzos y acciones que el Ministerio de Educación Pública desarrolla en torno a la problemática de la violencia y responde a la urgencia de definir políticas, lineamientos y nuevas acciones para abordar el fenómeno en forma sistemática, integral y permanente en los distintos niveles e instancias del sistema educativo costarricense, en coordinación con otras entidades estatales. Este plan, está orientado a promover en y desde el sistema educativo, una nueva cultura de relaciones en y para la paz, así como el reconocimiento y protección de los derechos de los actores educativos para disminuir su vulnerabilidad ante situaciones de abuso y desarrollar actitudes y habilidades para la vida a través de diversas estrategias de acción y métodos didácticos.

Los docentes tenemos el compromiso de fomentar una Educación para la Paz, con el fin de mantener la democracia en la que vivimos los costarricenses desde décadas atrás, los conceptos básicos de la negociación la debemos comprender todos los ciudadanos, en particular los docentes que están comprometidos en ser garantes de transmitir una cultura de paz social dentro y fuera de las instituciones educativas.


“Me uno con aliados poderosos
ofreciéndoles objetos preciosos y seda
y los comprometo con pactos solemnes.
Respeto los tratados y así,
tengo la seguridad que contaré con su ayuda”
El arte de la guerra, de Sun Tsu, siglo V a.C.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pareciese que cualquier tema, en manos de Manuel Murillo, es un recurso abundante de reflexion y conocimientos precisos. Esta vez llama mi interes, el compromiso de fomentar una Educación para la Paz por parte de los docentes,ya que estos tienen la potestad de inculcar los valores de pacifismo y democracia en sus alumnos, desde que estos apenas empiezan a involucrase en la sociedad.

Un texto muy acertado, como siempre, saludos!
Juan Gabriel Umaña

Anónimo dijo...

Hola Manuel. Me gusta la frase de Maquiavelo que mencionas “Los pactos se hacen cuando es necesario y se rompen cuando es necesario”, quiero decirte que esto se realiza en todos los campos y se logra cuando hay humildad, respeto, comprensión y diálogo.
Un abrazo con cariño