Por estos días, las noticias que
nos llegan de Grecia están teñidas de crisis económica y caos en la zona euro,
pero más allá de cómo se solventará esta situación, sé que se resolverá y en
algunos años esto será solo el recuerdo, eso sí, con muchas enseñanzas. Quisiera, más bien, referirme al
significado de la fecha de hoy para los griegos, que al igual que cada 28 de octubre, corresponde
a uno de los días festivos más importantes. Los griegos se unen alrededor de
una celebración que se conoce como el “Día del No”, con la cual recuerdan uno de sus triunfos, no menos importante que, solo por citar uno, la resistencia
heroica de los trescientos espartanos contra el Imperio Persa del rey Jerjes I hace más de dos mil años.
El 28 de octubre de 1940,
Mussolini envió a su embajador en Atenas, Emmanuele Grazzi, ante el
general Ioannis Metaxás, quien gobernaba Grecia, para exigirle que le permitiera a sus
tropas ocupar lugares estratégicos en territorio griego. La respuesta de Metaxás
fue una sola palabra: “OXI”, la cual significa no; y, con esta negativa, quedaba declarada
también la guerra a Italia.
Metaxás reunió a su ejército y le
comunicó la entrada de Grecia en la guerra a través de un emotivo discurso
“embriáguense del inmortal vino del 21” apelando a la valentía y heroísmo
vividos en la revolución de 1821 que liberó a los griegos de 400 años del yugo del Imperio Otomano.
Italia, tras invadir Grecia, esperaba un triunfo fácil, basándose en la pobreza en que vivía este país y en lo mal armados que se encontraban sus soldados. Después de un mes de lucha, el mundo quedó sorprendido de la
resistencia ofrecida por los griegos y las tropas italianas y, luego de algunas
derrotas, las tropas italianas se replegaron en la frontera greco-albanesa.
Hitler había aceptado que “Grecia y Yugoslavia pertenecían exclusivamente a la esfera de interés de
Italia”, mientras Alemania hacía preparativos para invadir a la URSS en la
primavera de 1941. Debido al repliegue de las tropas italianas, Hitler se vio
obligado a enviar las suyas en apoyo a “il Duce”. Atenas fue ocupada el 27 de abril de 1941, por lo que el gobierno
griego decide refugiarse en la isla de Creta; luego, Hitler envió sus tropas por aire para
ocupar la isla. Los cretenses lucharon como fieras y en los dos primeros días de luchas en el aeropuerto de Máleme (oeste de Creta) se produjo la muerte de más de 4000 soldados del ejército nazi, finalmente, al ocupar Creta es ocupada Grecia en su totalidad luego de 53 días de haber ingresado el ejército nazi, situación que se prolongó por los próximos 4 años.
Mi abuela, Theanó, nos decía que en esos días de verano "el cielo se oscureció", recordando, con tristeza, a los
paracaidistas alemanes que cubrieron de gris el cielo azul cretense aquel fatídico 20 de mayo de 1941; mi abuelo, Minos, por sus hazañas tanto en la I como en la II Guerra Mundial fue, sin duda, uno de los muchos héroes de la resistencia griega.
Al terminar la II Guerra Mundial,
los aliados reconocieron que el desvío de las tropas y el retraso de cinco
semanas en los planes iniciales de Hitler para el envío al frente ruso, fueron cruciales. El mismo
Winston Churchill lo reconoció al decir: “Hasta ahora, pensábamos que los
griegos estaban luchando como héroes. De ahora en adelante deberemos decir que
son los héroes los que luchan como griegos”.
Naciones pequeñas como Grecia y
Costa Rica ─con su gran Campaña Nacional de 1856-1857 en contra de los filibusteros
esclavistas─ aportan una dimensión mayor a los ideales de paz y libertad,
principios que deseamos sean una realidad para todos los pueblos del mundo.
Comparto plenamente lo dicho por Ryochi Sanakawa: "Dichosa la madre costarricense que sabe, al dar a luz, que su hijo nunca será soldado"; las guerras
desangran la tierra, aniquilan voluntades y desenmascaran realidades, producen héroes pero también traidores. En un viaje a Creta visité un cementerio, mantenido por el gobierno
alemán, en el que se encuentran los miles de soldados que murieron en el aeropuerto de Máleme en la invasión
a la isla; el dolor que vi en los ojos
de los parientes que los visitan, y sobre todo en las madres que los lloran, es universal, sobrecogedor y desgarrador, no hace diferencia de nacionalidad, es el dolor de la
guerra que nos recuerda la necesidad de evitarla con todas nuestras fuerzas, pero sin olvidar nuestros principios e ideales.
El 28 de octubre indica el día en
que Grecia entró en la II Guerra Mundial, pero lo que se celebra es el hecho
que, con su heroísmo, los griegos le gritan al mundo que por encima de la vida
está la libertad.
Lecturas recomendadas:
La Pasión Griega
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